El oficialismo prepara motores para las elecciones del 14 de mayo. Los dirigentes del Frente de Todos (FdT) se mueven con intensidad por el territorio y ajustan las últimas tuercas a la espera de que la dupla Osvaldo Jaldo-Juan Manzur agite la bandera de largada. Pero los comicios de 2023 tendrán algunas particularidades que los harán distintos a los de años anteriores. Muchos “caciques” territoriales tienen agotadas sus posibilidades de reelección en sus municipios y saldrán a la cancha a jugar fuerte.
Además de traccionar para la fórmula gubernamental y buscar retener las intendencias con una figura de confianza, estos dirigentes tendrán el desafío de asegurarse una de las 49 bancas de la Legislatura. Por este motivo es que apostarán fuerte por sus acoples más que a aspirar un lugar en la denominada lista oficial, donde -hoy- no hay garantías de llegar. Todos quieren conducir su propio destino y no dejar nada librado al azar. Prefieren ser cabeza de ratón que cola de león.
En Casa de Gobierno hablan de que se “horizontalizó” el armado de estas elecciones. “Nadie quiere correr riesgos”, remarcan. Las cabezas del oficialismo -comentan- no están en desacuerdo para nada; por el contrario. No bajarán ningún acople. Se comprometieron a brindar su apoyo a cada uno de los espacios, incluso a los más pequeños, con la única condición de que en sus territorios pinten cada vez más grande Jaldo-Manzur 2023. Piden priorizar la fórmula.
Un referente del distrito oeste analiza que, este año, el armado de una lista oficial será una mera formalidad. Sostiene que el paso del tiempo ha demostrado que esa nómina, que se suele armar con dirigentes elegidos por los “popes” nacionales y provinciales, ha ido perdiendo terreno y que cada vez empuja menos. “Antes todos querían estar ahí porque es correr con el caballo del comisario”, grafica. Ahora, en cambio, cada uno apuesta a asegurar lo suyo. “Ser candidato de la lista oficial está devaluado”, añade. Otro referente de la sección coincide con su compañero: “hoy no hay ningún beneficio”.
Apuestas individuales
De las 49 bancas legislativas, 19 la ocupan representantes por la sección capital, 18 lo hacen por la sección oeste y 12 por la este. El reparto de escaños se rige bajo el sistema D’Hondt, en busca de una representatividad equitativa en la Cámara. En comicios pasados era habitual que algunas listas lograran introducir seis o más dirigentes por una sola lista. Sin embargo, los denominados acoples (sistema vigente desde la reforma constitucional de 2006) fueron tomando músculo con el paso del tiempo. Y hoy, gran parte de los dirigentes oficialistas sostienen que esta elección, especialmente por el oeste, será de una o dos bancas por lista.
En este contexto de nombres pesados y competitivos dentro del propio oficialismo, los dirigentes consultados remarcan que será una campaña del “mano a mano”. Que es cosa del pasado eso de quedarse tranquilo en la casa, esperando que lo vayan a buscar, sin “patear” el territorio. Hoy no hay margen para ellos.
Entre los “caciques” que se quedan sin chances de repetir mandato en el Ejecutivo municipal y buscarían refugio en la Legislatura están los intendentes Darío Monteros (Banda del Río Salí), Javier Noguera (Tafí Viejo), Francisco Serra (Monteros), Carlos Gallia (Lules), Carlos Najar (Las Talitas), Roberto Moreno (Trancas) y Marcelo Herrera (Simoca). El intendente José Orellana (Famaillá), tiene posibilidad de un mandato más, pero buscará enrocar roles con su mellizo Juan Orellana, quien no puede ser reelecto en la Cámara. Una táctica similar podría usar el matrimonio de Aldo Salomón (intendente de Alderetes) y Graciela Gutiérrez (no puede ser reelecta como legisladora). A su vez, jugarían fuerte para volver a ser intendentes: Sergio Mansilla (Aguilares), Jorge Leal (Burruyacu), Luis “Pato” Campos (Alberdi) y Leopoldo “Puma” Rodríguez (La Cocha).
Todos por la fórmula
Quienes forman parte del círculo de confianza de las cabezas del oficialismo sostienen que Jaldo y Manzur acordaron no interferir en los armados. Que quieren dejar que en las bases todo se arme del modo más consolidado posible, sea por convencimiento, por afinidad o por conveniencia política. Que quieren aprovechar la abundancia dirigencial (se habla de tres candidatos peronistas a intendente por ciudad y de 10 por cada comuna) y no perder a ninguno. “La idea es potenciarlos a todos”, sostienen.
Ante este escenario, surge el interrogante obvio de saber quiénes serán entonces los que integrarán la nómina “pura” del Frente de Todos. En los pasillos de Casa de Gobierno sostienen que eso se conocerá al último. Afirman que aunque hay algunos nombres dando vueltas no se ha armado y que se verá recién al último para no perjudicar a nadie.
Otras épocas
Interferían directamente en los armados
Las cabezas del peronismo solían intervenir directamente en el armado, bajando a algunos dirigentes en ciertos territorios con algún “delfín” suyo o potenciando en la lista oficial a dicho bendecido. Era una garantía de que el oficialismo inyectaría recursos a dicha nómina por encima de las demás, lo que garantizaba llegar a pesar de no ser cabeza de lista; incluso ocupando un quinto o un sexto lugar.